En la causa que lleva adelante la fiscal platense Ana Medina todavía no hay ningún imputado, pero la madre de la víctima, Fernanda Nicora, confía en la revisión del expediente que están haciendo dos instructores designados por la Procuración General bonaerense.
La mujer contó que el 14 de febrero de 2013, Sebastián, que vivía en Verónica, cabecera de Punta Indio, a casi 90 kilómetros de La Plata, salió de su casa con un amigo de 15 años rumbo a la playa y se alojaron en un hostel.
El amigo decidió regresar y a la madrugada del día siguiente Nicora fue hallado sin vida en el balneario El Pericón.
"La Policía lo tenía marcado porque él tenía una causa por hurto. Siempre lo hostigaban y desde un principio me mintieron porque me decían que el chico que estaba muerto no era mi hijo cuando acá es un pueblo donde todos se conocen", aseguró Fernanda.
"Estaba mal visto por ellos, no sé si porque era menor, porque era pobre o porque lo querían usar para robar", agregó la mujer, que lamentó no haber denunciado el acoso contra su hijo.
Según la madre de Sebastián, "hay muchos indicios de que los policías desviaron la investigación, y hasta fueron a borrar evidencia que había en el hotel" en referencia al accionar de efectivos de la comisaría de Verónica y del destacamento de Punta Indio.
Uno de los datos que llaman la atención la causa es que la autopsia efectuada por el médico policial José Daraio determinó que la causa de la muerte era un golpe en la frente y se imputó al amigo de 15 años de Sebastián, pese a que el joven aseguraba que no había estado en la noche del crimen en la playa.
Después de un año de investigación, el chico fue sobreseído, pero la fiscal "nunca quiso investigar a los policías", asegura la madre de la víctima.
Cuando la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) comenzó a patrocinarla en el expediente, solicitó una reautopsia que efectuaron peritos de la Asesoría Pericial de la Suprema Corte de Justicia bonaerense y cuyo resultado se conoció recientemente.
La nueva necropsia determinó que en el cráneo de la víctima había un orificio de entrada y salida de bala y se hallaron fragmentos metálicos diversos y restos de pólvora, todos elementos no revelados en el primer informe.
"El médico fue parte del encubrimiento porque no pudo no haber visto el orificio de bala y que había pólvora, ya que ahora, habiendo pasado dos años, fue encontrada", remarcó Nicora.
Respecto del accionar de los policías de los que ella sospecha, explicó que en la causa hay un listado de los efectivos que trabajaron esa noche, pero necesitan más pruebas de lo ocurrido.
El testimonio más relevante es el de una mujer que fue la última en ver con vida a Sebastián en la playa y luego fue encontrado muerto a solo 30 metros de allí.
En los últimos meses, declararon personal policial y vecinos y se solicitaron informes en relación al recorrido de los móviles policiales y cruces de llamados telefónicos.
"La CPM considera que hay variados y contundentes elementos probados en la causa que deben ser la base para un avance rápido y efectivo en la investigación que permitan acercarnos a la autoría, complicidades y móviles del hecho", señalaron desde el organismo.
Agregaron que "es necesario tomar medidas urgentes que permitan conocer la verdad y que eviten la impunidad sobre todo teniendo en cuenta que, hasta el momento, en esta causa los únicos avances han venido de la mano de la lucha de la mamá de Sebastián y sectores comprometidos con la defensa de los derechos humanos".
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